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Nigeria
La formación impulsa el salto de las mujeres a los puestos técnicos en el sector digital
Las mujeres avanzan lento pero seguro en el sector digital. Para acelerar la incorporación del talento femenino a carreras STEM hacen falta roles inspiradores, así como un mayor número de alianzas público-privadas.
Reportaje
Por Mar Villasante
11 Abr 2024
Las mujeres mantienen en el sector digital una carrera de fondo en la que poco a poco van superando etapas. Informes como el Global Gender Gap Report de 2023 revelan que las mujeres representan solo el 29,2% de la fuerza laboral STEM a nivel mundial. Siete de cada diez empresas españolas no tienen ninguna mujer especializada en TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), y ello a pesar de que la igualdad en puestos STEM subiría el PIB 2,8 puntos, como advierte el estudio Mujer & Tecnología de UGT.
Aunque el dato ha mejorado, el Informe Digital Talent Overview 2023 apunta que en el último año la presencia de mujeres en el mundo digital sólo ha crecido un 2%. “Claramente, el sector necesita a las mujeres, y para lograrlo hace falta la ayuda de todos”, asegura Susana del Pino Hernando, responsable de Consultoría e Igualdad de Adecco Learning Consulting.
En la raíz de esta situación encontramos el reducido número de mujeres en carreras STEM, que apenas representan un 13% de los recién titulados, por ejemplo, en Informática. Si solo el 5% de los niños de 15 años de países de la OCDE se plantea desarrollar su carrera profesional en el ámbito de las nuevas tecnologías, el dato baja al 0,5% en las niñas, según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (Ontsi).
Este problema aumenta en algunos de los países de África subsahariana como Ghana, Mozambique y Nigeria, donde las mujeres en carreras de STEM representan el 20% o menos. Sin embargo, una vez graduadas, en muchas ocasiones se produce un “efecto fuga”, ya que tienen más probabilidades que los hombres de abandonar las carreras STEM una vez en el mercado laboral.
En el caso de Nigeria, el país más poblado del continente africano, las mujeres representan el 22% del número total de graduados en ingeniería y tecnología, según la National Bureau of Statistics. Otra cifra arroja luz sobre esta realidad: en Nigeria solo el 5% de las personas que ejercen como ingenieras son mujeres (1 de cada 20), frente al 29,2% mundial.
Por este motivo, son importantes iniciativas como DELT-HER, impulsada por la National Agency for Science Engineering Infrastructure (NASENI) y el Presidential Implementation Committee on Technology Transfer de Nigeria. Este programa se propone duplicar la cifra de ingenieras durante los próximos cinco años, como un primer paso para reducir la brecha de género del país. Una de las áreas en las que se enfocarán es la educación secundaria. Además, con este programa, las jóvenes podrán compartir y presentar sus ideas de ingeniería con la posibilidad de ser financiadas por NASENI.
El vicepresidente ejecutivo de NASENI, Khalil Halilu, explicó los objetivos del proyecto: «Lo que buscamos hacer es cerrar la brecha de género en la ingeniería, inspirar a la próxima generación, brindar apoyo financiero para nuevas ideas y proyectos y, en última instancia, fortalecer todo el ecosistema». «El desequilibrio [entre hombres y mujeres] es lo que DELT-HER busca corregir, centrando la atención y la financiación en las mujeres jóvenes. Es muy importante crear y cultivar la conciencia pública sobre la necesidad de capacitar y orientar a más mujeres», recalcó Khalil Halilu.
En Nigeria, las mujeres representan el 22% del número total de graduados en ingeniería y tecnología
Mar Llambí, senior Technical Architect at KPMG y MPV en Business Apps, relata que en sus más de diez años de trayectoria profesional en el sector ha desempeñado varios roles en distintos países y que, “sin importar el tamaño o cultura de la empresa, el patrón ha sido siempre bastante parecido: muchísimas mujeres trabajaban en los departamentos de ventas y marketing, pero en rangos más técnicos y de desarrollo era muy difícil encontrar a otra compañera”. En su opinión, el hecho de que cada vez más mujeres reconducen su carrera profesional y deciden apuntarse a bootcamps, cursos de programación y alcanzar posiciones de programación, data o diseño expone el problema de base, y es que, “cuando una adolescente se plantea qué estudiar, pocas escogen una carrera STEM como opción”. Una falta de vocaciones con una edad crítica entre los 12 y los 16 años a la que cada vez más organizaciones tratan de hacer frente con diferentes iniciativas formativas.
“Los bootcamps y formaciones técnicas pueden desempeñar un papel crucial en la incorporación de mujeres a puestos técnicos en las empresas, actualmente tenemos bootcamps en Nigeria, Marruecos y España donde esperamos impactar positivamente a más de 160 mujeres”, expone Andrea Barberà, Global DIB & Culture Project Manager de Glovo, en la medida en que ofrecen la oportunidad de adquirir habilidades técnicas específicas en un período de tiempo relativamente corto y les brindan las habilidades prácticas y aplicadas para ingresar al mercado laboral tecnológico. Además de crear un entorno más inclusivo, estas formaciones propician un networking que abre la puerta a encontrar mentores, modelos a seguir y conexiones que facilitan este acceso.
Distintas iniciativas persiguen paliar la falta de vocaciones entre las jóvenes y de mujeres que ocupan puestos técnicos en las empresas

Otras iniciativas formativas de Glovo son el programa LeaderSHE, que ayuda a las mujeres a dirigir sus carreras hacia el siguiente nivel dentro de la compañía y en la que ya han participado 200 estudiantes y 121 mentores. La empresa también desarrolla un programa femenino de datos y un programa femenino de ingeniería, consistente en prácticas para mujeres en el departamento de datos con el fin de atraer talento femenino y salvar la brecha entre la graduación universitaria y los puestos de entrada en Glovo. En el horizonte se presentan nuevas iniciativas, “como campamentos de entrenamiento para mujeres que no tienen formación técnica pero quieren dedicarse a la tecnología, así como becas para adolescentes”, desvela Barberà.
En los últimos dos años, Adecco Learning Consulting ha formado a más de 4.000 jóvenes de entre 16 y 30 años en competencias digitales. Si bien la mitad de ellos eran mujeres, en su mayor parte se han centrado en áreas como el Marketing Digital. “Si nos vamos a contenidos como la Programación, la cifra baja al 23%”, aclara Susana del Pino.
“Aunque no lo parezca, es un problema grave; vivimos en una sociedad cada vez más influenciada y llevada por la tecnología y que haya un sesgo de género tan grande es un asunto muy importante y que debería preocuparnos”, advierte Laura Saavedra, profesora de Matemática Aplicada a la Ingeniería Aeroespacial en la Universidad Politécnica de Madrid, quien apela a la necesidad de “hacer entender a las mujeres que sí pueden y que son igual de válidas para estos sectores que los hombres”.
Los bootcamps ofrecen habilidades técnicas y facilitan un acceso más rápido a estas posiciones
Idea en la que coincide Mar Llambí al considerar que “más que limitaciones por alcanzar puestos más altos o de relevancia tecnológica, sí que siento que seguimos llevando a hombros la presión por demostrar que nosotras también podemos”. De este mantra salen “constantes conductas de autosabotaje, síndrome del impostor… parece que siempre nos importa más demostrar que estamos cualificadas, cuando realmente estamos realizando perfectamente nuestro trabajo”.
Lo cierto es que, cuando se superan ciertos estereotipos culturales y sociales, resulta muy difícil dudar de que las mujeres se encuentran tan capacitadas como los hombres para acceder y crecer en el mercado laboral digital. Las cifras de los últimos años muestran un crecimiento en el número de mujeres que ocupan puestos en el sector TIC, más del 23% ya, aunque todavía son pocas las que asumen cargos de responsabilidad.
Pocas, pero muy visibles. No hay más que observar los puestos de alta dirección de empresas como Google, Facebook, Microsoft, HP o LinkedIn, todas ellas con mujeres al frente, recuerda Susana del Pino, lo que demuestra que se están dando pasos importantes. “El hecho de que en las empresas trabajemos en ofrecer programas de conciliación, flexibilidad, revisemos las políticas de diversidad y los procesos de promoción poniendo el foco en la experiencia, valía y aptitudes es clave para una mayor inserción y promoción de la mujer en el ámbito laboral y, por supuesto, digital”, añade.
Así las cosas, las alianzas público-privadas se antojan imprescindibles para seguir avanzando en el acceso de las mujeres a profesiones técnicas. “La colaboración entre el sector público y privado puede abordar desafíos estructurales, promover la equidad de género y crear un entorno más inclusivo en el ámbito laboral tecnológico”, explica la responsable de Glovo, quien valora estas colaboraciones como “fundamentales para construir los cimientos para el futuro, ya que es algo que se debe trabajar a largo plazo”.

Estas alianzas, en su opinión, pueden contribuir en aspectos como el trabajo conjunto en la recopilación y análisis de datos relacionados con la diversidad de género en el sector tecnológico; la participación conjunta en la creación de currículos o la identificación de mejores prácticas y la implementación de programas que fomenten la participación de mujeres en disciplinas técnicas. Además, Barberà señala que las empresas privadas pueden asociarse con organismos gubernamentales para establecer becas y subsidios destinados específicamente a mujeres que buscan formación en tecnología, al tiempo que defiende iniciativas como el patrocinio conjunto de eventos, la participación en ferias de empleo, el desarrollo de campañas de concienciación o la puesta en marcha de programas de mentoría que respalden el crecimiento y desarrollo profesional de las mujeres en tecnología.
También la responsable de Adecco apela a estas colaboraciones que “permiten una cooperación estratégica entre sectores diferentes y actúan como complemento de culturas, competencias técnicas, recursos y conocimientos para crear valor social”. “En ámbitos como la educación, la investigación, la salud o el empleo estamos abocados al fracaso si el partido sólo lo jugamos con la mitad del equipo”, advierte.
“Hay que invertir en educación desde edades tempranas y, por supuesto, se necesita la colaboración de sectores privados y de toda la sociedad en general”, coincide la profesora Saavedra, que lanza la pregunta: “¿Por qué no empezar con una colaboración para que marcas de ropa hagan camisetas de niñas con imágenes de científicas?”
Se trata de trabajar desde la base para garantizar la incorporación de la mujer con todo lo que pueden aportar a estos sectores, y que Llambí resume así: “Creo que no nos importa poner en jaque al status quo, preguntarnos si hay alguna manera distinta de hacer las cosas y abrir la mente a los desafíos; aportamos un pensamiento resolutivo bastante distinto y lógico. Además, muchísimas de las mujeres que están en este sector han trabajado muy duro para hacerse un hueco, por lo que la mayoría están altamente capacitadas y listas para muchos desafíos”.
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