give

Marruecos

Plataformas tecnológicas para pedir comida… y salvar vidas en caso de desastre

El uso masivo de las aplicaciones móviles ha evidenciado cómo estas también pueden ser herramientas clave en catástrofes humanitarias de índole natural o provocadas por el hombre, como las guerras o la emergencia climática.

Reportaje
Por Juan León
16 Abr 2024

¿Qué haría si se entera de que ha ocurrido un terremoto en el lugar donde viven sus seres queridos? Probablemente, la primera reacción sería buscar el teléfono para contactarles y asegurarse de que están bien. Un gesto ya cotidiano, pero con una gran cantidad de implicaciones. Especialmente en el caso de situaciones de emergencia humanitaria, ya sean naturales (terremotos, huracanes, erupciones volcánicas) o provocadas por el hombre (conflictos armados o efectos del cambio climático).

El uso de la geolocalización de determinadas redes sociales en el terremoto ocurrido el pasado septiembre en Marruecos fue esencial para detectar la ubicación de gran parte de los supervivientes. Al mismo tiempo, las empresas del sector desplegaron campañas de recaudación de fondos (crowdfunding) y donaciones de forma ágil gracias a determinadas herramientas de pago en línea o funciones específicas para este tipo de situaciones, recuerda Víctor Calvo-Sotelo, director general de DigitalES, la Asociación Española para la Digitalización.

Compañías como Glovo estuvieron especialmente activas en la recogida de donaciones. “Nuestra respuesta a la crisis provocada por el terremoto fue parte de un esfuerzo de colaboración a nivel nacional, ofreciendo nuestra tecnología para aliviar esta situación lo máximo posible”, explica Hamza Naciri Bennani, general manager de la compañía en Marruecos. “A través de la activación de nuestro Fondo de Ayuda para Crisis, asumimos los gastos de envío en las áreas afectadas para facilitar el acceso a productos esenciales y desbloqueamos recursos financieros inmediatos para los comercios y repartidores que se vieron afectados por el desastre. Pero, lo más importante, es que activamos en nuestra app una función de donación que permitió a los usuarios en Marruecos contribuir a los esfuerzos de ayuda de manera transparente y eficiente”. Una iniciativa, señala Naciri Bennani, gracias a la cual “logramos recaudar 2 millones de dirhams (casi 185.000 euros) que transferimos a organizaciones humanitarias locales, entre ellas Jood, SOS Villages d’Enfants Maroc y el Banque Alimentaire du Maroc, asegurando que las donaciones llegaran a aquellos en necesidad”.

Las capacidades de una plataforma tecnológica para hacer frente a una catástrofe humanitaria pasan por el despliegue de campañas de crowdfunding, herramientas de pago en línea o funciones específicas desde sus aplicaciones

La posibilidad de mantener y fortalecer sus infraestructuras capacita a las empresas de telecomunicaciones a mantener la comunicación entre afectados familiares y amigos en plena crisis. En esos momentos de emergencia, contar con ayuda que pueda proporcionar tanto información de las situaciones o los seres queridos como “otros recursos gratuitos”, como señala Calvo-Sotelo, es vital y aquí, las tecnológicas, pueden ser de gran utilidad.

A estas alturas, parece algo inherente a las compañías que desarrollan su negocio en este ámbito, apunta Elena de Pedro, directora de Políticas Digitales en Harmon: “El papel de la tecnología es hoy transversal a todos los sectores y a todas las esferas. Por eso, cumplir un papel de apoyo a las instituciones públicas y, en definitiva a la población, no deja de serles intrínseco”. Algo que quedó patente también durante la pandemia de COVID, coinciden ambos expertos. Desde DigitalES hacen referencia a que durante aquellos meses de confinamiento absoluto el incremento del tráfico de la red creció en más del 40% “y supuso un auténtico test de estrés” que el sector supo aguantar.

A su vez, De Pedro añade cómo las plataformas tecnológicas cerraron acuerdos con las autoridades de los países “para ayudar en otros asuntos clave que apoyaron el sostenimiento de la sociedad”, aportando conocimiento “útil y veraz” a los ciudadanos sobre una situación de incertidumbre.

Cuando el desastre lo causa el hombre

No solo los desastres provienen de desencadenantes naturales. Los actos humanos también derivan en graves crisis humanitarias. Lo saben bien actualmente en Ucrania y en otros territorios en conflicto. En el de Europa del Este, las plataformas tecnológicas se han implicado en mayor o menor grado en asegurar las comunicaciones y mantener una vida relativamente normal bajo los bombardeos. Para Calvo-Sotelo, muestra de “sus sólidos valores y su compromiso social, ahí donde más se las necesita”.

Este tipo de situaciones de crisis requiere, para la patronal del sector en España, “un equilibrio adecuado entre la iniciativa privada y la responsabilidad social corporativa” que lleva años desarrollando en forma de planes de cooperación con el sector público y que, “con la adecuada planificación, funcionan bien”. Siempre que “los recursos se utilicen de manera eficiente para el beneficio de la sociedad en general”, apunta Calvo-Sotelo.

Por ejemplo, con la gratuidad de las llamadas y los SMS a ciudadanos ucranianos para facilitar el contacto de sus clientes con familiares y amigos. Desde el punto de vista de Maryna Pavliuk, GM de Glovo en Ucrania, “no podemos mantenernos al margen”, opina, ya que el conflicto ha demostrado una “extraordinaria unidad de la sociedad en torno a un tema difícil”. La empresa, agrega, debe estar “en la misma longitud de onda que el ecosistema”; es decir, que “la sociedad, los establecimientos y tiendas y otras empresas”.

Algo que consigue con el desarrollo de distintos proyectos como Ayuda a Ucrania, Delivering Safe Future o con la creación de un fondo de impacto único, que ha invertido 195.000 euros para ayudar a la población y a las ONG locales. En total, ya son más de 85 millones de euros destinados en cinco años al mercado ucraniano, “uno de los prioritarios” que está entre los cinco primeros de los 25 países en los que está Glovo. A su vez, Glovo colabora activamente con United24, la iniciativa del Presidente Zelenski para recibir donaciones en apoyo a Ucrania. El año pasado donamos 50,000$ para el desminado de distintas zonas civiles y colaborar así con la protección de la población. Además, creamos una sección de donación dentro de nuestra app de Glovo en la cual los usuarios pudieron donar a United24.

No obstante, ¿hasta qué grado debería implicarse una compañía en cuestiones geopolíticas? Para De Pedro, “involucrarse o no es decisión de cada empresa, pero lo que está claro es que las plataformas tecnológicas han demostrado que pueden tener un papel enormemente relevante para apoyar a los ciudadanos de un país”.

Elena de Pedro: “Haya intereses o ideas políticas detrás, lo que está claro es que las empresas tecnológicas tienen la capacidad de aportar -y mucho- a los ciudadanos en conflictos como el de Ucrania”

En Ucrania se aprecia con claridad, continúa, con empresas “de todos los tamaños y sectores volcadas en apoyar a los Estados para proteger a los ciudadanos”, que son sus usuarios en última instancia. Y pone como ejemplo a grandes corporaciones de alcance internacional dentro del sector tecnológico que han decidido ofrecer su apoyo a Ucrania “para evitar ciberataques que habrían puesto en jaque los datos de toda su población”, o bien otras que “se vuelcan en contribuir al sostenimiento de la democracia para evitar la expansión de la desinformación, dentro y fuera de la zona de conflicto”. “Haya intereses o ideas políticas detrás, lo que está claro es que las empresas tecnológicas tienen la capacidad de aportar -y mucho- a los ciudadanos en este tipo de conflictos”, concluye.

Las implicaciones para hacer frente a otro de los desafíos más importantes en este siglo, la emergencia climática, tiene en la digitalización y la transición verde algunas de sus principales respuestas. Ambas “van de la mano”, afirma Calvo-Sotelo. Cita datos de la teleco Ericsson sobre el sector, que genera en torno al 1,4% de las emisiones globales, pero tienen el potencial para reducirlas a nivel mundial entre un 15% y un 30% de aquí al 2030 mediante soluciones digitales “basadas en la conectividad, las tecnologías Internet of Things (IOT), la nube, el Big Data y la Inteligencia Artificial (IA)”.