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Rumanía

Tecnología de proximidad contra el desperdicio alimentario

Diversos proyectos solidarios basados en soluciones digitales permiten aprovechar los excedentes de comida de supermercados y restaurantes distribuyéndolos entre personas con pocos recursos y dificultades de movilidad.

Reportaje
Por Ramón Oliver
05 Abr 2024

Hambre cero. Este es el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 2 de Naciones Unidas. Y es que, con una población mundial en constante aumento, que en 2023 rebasó la barrera de los 8.000 millones de personas, garantizar que haya alimentos suficientes para todos se ha convertido no sólo en una preocupación global, sino en un objetivo prioritario para las sociedades actuales. Por esa razón, el desperdicio alimentario que asola a numerosos países, sobre todo a los más desarrollados, es un problema especialmente doloroso y al que es necesario poner freno.

De acuerdo al último indicador AROPE, en España 12,3 millones de personas se encuentran en situación de pobreza y/o exclusión social, recuerda Natalia Rueda, responsable de Comunicación de la Fundación Altius. Una condición que impide que a estas personas y sus familias mantener una dieta completa y equilibrada, ya que “les resulta casi imposible acceder a ciertos alimentos como la carne, el pescado, el aceite o los lácteos en cantidad suficiente”.

Solidaridad de última milla

Frente a una situación de este calibre, esta ONG y la tecnológica española Glovo han puesto en marcha una original iniciativa para llevar alimentos a estos colectivos vulnerables que se apoya precisamente en el aprovechamiento del desperdicio alimentario. “Los Centros de Entrega Solidaria (CES) son espacios de almacenamiento de donaciones de productos de alimentación no perecederos y frescos que después son enviados una vez por semana al domicilio de familias en situación de vulnerabilidad social”, explica Rueda. Nacido en 2022, el proyecto, que se desarrolla en Madrid y Barcelona -aunque está previsto que se extienda a otras ciudades en un futuro próximo-, ha permitido distribuir más de 22.500 kilos de productos de alimentación a una media de 789 personas mensuales durante 2023.

El proceso se inicia con la identificación de individuos vulnerables que, por falta de recursos, problemas de movilidad y otras circunstancias, no pueden comprar alimentos y otros productos básicos. En paralelo, los repartidores recogen diariamente la merma de supermercados u otras entidades adscritos al proyecto y la trasladan hasta los CES. Una vez allí, el equipo del centro prepara las cestas semanales de las familias con los excedentes recogidos, las donaciones de Banco de Alimentos y otras campañas de recogida que, finalmente, los repartidores entregan en el domicilio de los beneficiarios.

Gracias a los Centros de Entrega Solidaria, en 2023 se han distribuido más de 22.500 kilos de productos de alimentación a una media de 789 personas mensuales

De esta forma, los Centros de Entrega Solidaria no solo permiten que las personas vulnerables accedan a alimentos que de otro modo se desperdiciarían, sino que se los llevan a su propia casa. Y es que el proyecto está especialmente destinado a aquellos perfiles que por distintos motivos no se pueden desplazar hasta los locales de distribución de ayuda alimentaria para recoger sus cestas. En la iniciativa Glovo aporta locales de almacenamiento, recursos humanos para su gestión y la logística y experiencia necesarias para la recogida diaria de excedentes y entrega de cestas semanales.

Los Centros de Entrega Solidaria (CES) forman parte del programa  Glovo Access, un servicio logístico de última milla que abre la tecnología a ONGs y administraciones públicas. En el tiempo que lleva en funcionamiento, esta plataforma ha facilitado la distribución de más de 4.2 millones de comidas en nombre de ONG, ayuntamientos, fundaciones benéficas y empresas sociales. A partir de agosto de 2023, Glovo ofrece el uso de la plataforma Glovo Access a cuatro comedores sociales gestionados por la Comunidad de Madrid. Gracias al servicio, los beneficiarios de los comedores con movilidad reducida pueden aprovechar la entrega a domicilio para recibir su ayuda alimentaria semanal.

La iniciativa es un ejemplo de cómo empresas, administraciones y ONG son mucho más eficaces y llegan más lejos trabajando juntas que por separado. Para Natalia Rueda, la concienciación de consumidores y empresas, así como la próxima entrada en vigor de la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, suponen todo un reto en el que “las ONG serán imprescindibles para conseguir la redistribución de merma y excedentes alimentarios de los productores y las cadenas de distribución”.

En todo el proceso juegan un papel fundamental la red de repartidores o couriers de Glovo, así como la plataforma tecnológica Glovo Access, un servicio logístico de última milla que abre la tecnología a ONGs y administraciones públicas. En el tiempo que lleva en funcionamiento, esta plataforma ha facilitado la distribución de más de 4 millones de comidas en nombre de ONG, ayuntamientos, fundaciones benéficas y empresas sociales.

Carácter local e internacional

Tanto los Centros de Entrega Solidaria como el resto de acciones sociales de Glovo cuentan con el respaldo del Fondo de Impacto (Impact fund), un instrumento financiero por medio del cual se destina una pequeña cantidad de dinero de cada pedido realizado a través de la aplicación de Glovo para financiar proyectos que generen un impacto positivo en el entorno. Entre los criterios que aplica la empresa para elegir las iniciativas a las que apoya, destaca su capacidad para impactar localmente, ya que es ese componente geográficamente localizado el que permite abordar de manera más precisa y efectiva las necesidades y desafíos específicos de cada comunidad.

Esta marcada orientación local se extiende también fuera de nuestras fronteras. “El desperdicio de alimentos es un problema global que contribuye a agravar no sólo el hambre en el mundo, sino también los problemas ambientales”, señala Zoe Giardino, Manager de Impacto Social de Glovo. En 2021, la compañía de distribución puso en marcha en Rumanía otra iniciativa pionera para mitigar el impacto negativo del desperdicio de alimentos.

El proyecto, que se lleva a cabo junto a Kaufland Social Canteen y la Asociación Sansa Ta, permite llevar más de 130 comidas diarias a personas discapacitadas y familias con pocos recursos del entorno de Bucarest. “Las comidas se elaboran con los excedentes de alimentos de la cadena de supermercados Kaufland en Bucarest, y se entregan desde el comedor social de Kaufland directamente al domicilio de los beneficiarios”, indica Giardino. De nuevo, Glovo aporta su experiencia y sus capacidades logísticas para contribuir al éxito de una iniciativa que aspira a “tener un impacto positivo tanto en el aspecto social como medioambiental”, subraya esta experta.

Una vez más, la colaboración entre empresas privadas, ONG y comunidades resulta clave para el éxito de este comedor solidario. Y es que, como apunta Zoe Giardino, “si queremos ser más circulares con los alimentos que consumimos, es fundamental seguir fomentando las alianzas y la educación en temas como el consumo responsable, las prácticas sostenibles y la importancia de minimizar el desperdicio de alimentos”.

Zoe Giardino: “Si queremos ser más circulares con los alimentos que consumimos, es fundamental seguir fomentando las alianzas”

Las cifras del desperdicio alimentario

El Informe Perspectivas Agrícolas 2023-2032, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) junto a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), estima que el desperdicio de alimentos en el mundo alcanza las 931 millones de toneladas.

El 13% de la comida que se produce anualmente se pierde en algún punto de la cadena de suministro, mientras que otro 17% lo hace en los hogares, los servicios de comidas y la venta minorista.