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Entrevista a Mauro F. Guillén: “Las plataformas digitales han reducido muchas desigualdades”

En la era de la inteligencia artificial y la automatización, los cambios se producen cada vez más deprisa. Y todo lo que acontece, está interrelacionado. Para Mauro Guillén, sociólogo, economista político y autor, es importante aprender cosas nuevas que no estén relacionados con nuestro área de expertise, de forma que podamos enfrentarnos a las transformaciones con éxito.

Entrevista
Por Carmen Gómez-Cotta
03 Abr 2024

Quisiera empezar por un concepto que he aprendido de ti y me gusta mucho: el «pensamiento lateral», que propone abordar los problemas de forma creativa teniendo en cuenta la cantidad de variables que suceden simultáneamente a la hora de tratar un asunto. Pero en estos tiempos donde los cambios, tantos cambios, se producen de forma vertiginosa, ¿cómo se pueden tener en cuenta todos los elementos de la ecuación para obtener el mejor resultado posible?

Buscando las interacciones; es decir, conectando los puntos (connecting the dots). A veces no nos damos cuenta de que hay oportunidades, porque estamos muy enfocados en una cosa que tenemos enfrente y perdemos la visión periférica o lateral para ver otras cosas que pueden estar también afectando a eso que estamos viendo. Todo está muy interconectado. Si hablamos de individuos, todos tenemos una formación o una deformación: estudiamos una materia, aprendemos más de esta, tenemos más experiencia de unas cosas concretas. Desarrollar un pensamiento lateral requiere abrir tu mente a otras cosas. Es muy importante tratar de aprender sobre temas que, en principio, piensas que no están nada relacionadas con lo que haces. Yo todas las noches, antes de apagar la luz, trato de leer aunque solo sean 10 minutos sobre algo de lo que sé poco y que no tiene nada que ver con mi trabajo o con lo que voy a hacer al día siguiente. Son cosas que vas acumulando en la cabeza y luego, más adelante, te das cuenta de que hay una conexión. Se trata de comprender sobre cosas que, en principio, parece que no están conectadas, pero que si tienes la disciplina de hacerlo todos los días, en cierto punto, empiezas a conectarlas. Si hablamos de grupos, de equipos de trabajo (pues cada vez se trabaja más en equipo) la clave es la diversidad. Pero no solamente equipos de trabajo diversos en términos de las características demográficas de la gente, sino de sus orientaciones o de sus conocimientos. Muchas investigaciones demuestran que los equipos de trabajo diversos tienen una mayor productividad y también una mayor creatividad.

"Un cambio fundamental es que ahora tenemos más tiempo en nuestras vidas, porque vivimos más años"

En la era de la IA y la automatización, los entornos laborales están cambiando muy deprisa, especialmente después de COVID. ¿Cómo se perfila el futuro del trabajo? ¿Cuáles son los cambios más significativos?

Hay muchísimas cosas que están ocurriendo, todas al mismo tiempo, y, evidentemente, la tecnología está teniendo un efecto muy grande. Quizás los ejemplos más importantes sean el trabajo híbrido, con la incorporación de un elemento en remoto, y todo lo relacionado con la inteligencia artificial. Otro cambio muy importante para el futuro es el hecho de que cada vez va a haber más gente mayor trabajando; y eso es fundamental, porque va ligado al tema del envejecimiento de la población.

Es cierto; pero, por otro lado, me doy cuenta de que, especialmente algunos sectores, demandan cada vez más gente joven… 

Esto es uno de los grandes errores que cometen, sobre todo las grandes empresas. Cuando un empleado cumple 50 años, ya están buscando maneras para deshacerse de esa persona. Es posible que haya declinado un poco desde el punto de vista cognitivo, pero, desde luego, tiene un activo muy importante: la experiencia. Y aquí, evidentemente, también se pierde en diversidad, como hablábamos antes. Si tienes un equipo de trabajo diverso, tienes una productividad y una creatividad más elevada.

Hablamos de las nuevas tecnologías, que hacen que los entornos y horarios laborales sean cada vez más líquidos (muchos trabajos pueden realizarse en remoto y disponer de los correos electrónicos en nuestros teléfonos hace más difícil la desconexión), lo que me lleva a pensar en la economía del tiempo, un concepto que últimamente suena mucho. ¿Qué es exactamente? ¿Cómo encaja esta filosofía en lo que comentábamos antes del futuro del trabajo?

Ha habido cambios muy importantes en términos de cómo nos relacionamos con esta variable llamada tiempo, pero, quizás, el cambio más fundamental es que ahora tenemos más tiempo en nuestras vidas, porque vivimos más años. No solamente vivimos más años, sino que nos mantenemos en buena forma física y mental durante más tiempo. Otra cuestión importante, que apuntabas antes, es que las cosas están pasando más rápido y aunque disponemos de más tiempo, también tenemos menos para adaptarnos. Es un poco paradójico. Hablando de pensamiento lateral, el hecho de que vivamos más tiempo y con salud, conectado con el tema del cambio tecnológico, nos lleva a la naturaleza de los trabajos e implica que no podemos planificar a largo plazo, porque las cosas van a seguir cambiando muy rápido. Y a partir de esa pequeña observación, saco otras conclusiones: por ejemplo, cuando le decimos a los adolescentes que se pongan las pilas, que tienen que crecer, hacerse adultos y decidir qué van a hacer con sus vidas, resulta el peor consejo que les podemos dar. Porque no hay ninguna garantía de que ese tipo de puesto de trabajo exista dentro de 10 años.

"Las plataformas digitales ponen a usuarios en contacto unos con otros y surgen negocios"

Entonces, ¿cuál sería un buen consejo para darle a estos jóvenes de hoy?

Que se tomen su vida profesional en serio, pero no tan en serio que se encasillen, porque luego es muy difícil cambiar. Que se tomen su vida en serio no quiere decir que tengan que planificarse para para los próximos 50 años. Mejor tomar decisiones ahora, sobre lo que quieren hacer los próximos 5 o 10 años, sabiendo que, seguramente, van a tener cambios de carrera, por lo que hablábamos del cambio tecnológico.

Además del trabajo, también han cambiado hábitos de consumo, por ejemplo. Plataformas digitales como Glovo nos permiten disponer de comida y otros productos en muy poco tiempo y sin movernos de casa (o la oficina). ¿Qué impacto tiene esto en la (re)configuración de las sociedades modernas?

Esta es la otra cara de la moneda: por un lado, somos trabajadores y, por otro, somos consumidores. Y todos estos cambios sobre los que hemos hablado tienen un impacto sobre las personas como trabajadores, pero también como consumidores. El gran tema en el consumo [es el cambio generacional]. Hasta ahora los segmentos de mercado por edad más importantes eran siempre las personas de 20, 30, 40 años y cada vez estamos más cerca de otra realidad completamente distinta en la cual el mayor segmento de mercado va a ser el de los mayores de 60. Y las marcas que no se adapten, no van a sobrevivir; [lo cual] es interesante, porque si miras la publicidad, por ejemplo, mucha se hace teniendo en cuenta las aspiraciones, los deseos y las preferencias de la gente joven.

Los ciudadanos del siglo XXI, ¿somos más consumidores que usuarios? 

Antes, el consumo estaba basado en la propiedad; es decir, para escuchar una canción tenías que comprar un disco, por ejemplo. Ahora, las plataformas digitales han introducido un concepto completamente distinto: no tienes que ser dueño de una canción para escucharla o no tienes que comprar una entrada de cine para ver una película, puedes hacerlo por streaming. Gracias al teléfono inteligente, las plataformas digitales ponen a usuarios en contacto unos con otros y, cuando tienes usuarios con una necesidad para la cual otro tiene una solución, surge un negocio.

"Muchas investigaciones demuestran que los equipos de trabajo diversos tienen una mayor productividad y creatividad"

¿Cuáles crees que son las claves del éxito en una transformación digital inclusiva? Es decir, en una evolución que genere la menor brecha posible entre los distintos estratos sociales.

Cada vez que hay una nueva tecnología, siempre hay gente que la sabe emplear con mucha mayor efectividad y eso puede generar una tremenda desigualdad a la hora de sacarle partido a esa nueva tecnología. Esto es una realidad que vamos a seguir viendo, especialmente con la inteligencia artificial. Y es algo difícil de corregir, sobre todo en el corto plazo. En las últimas décadas se ha apuntado muchas veces a hogares que no tienen wifi o que no tienen el equipamiento o el espacio adecuado, factores que originan desigualdades, que se manifestaron de una manera brutal durante la pandemia. Las desigualdades vienen de muchos ángulos. Pero si le damos la vuelta a la tortilla vemos, por ejemplo, el tema de inclusión financiera: gente que no tiene una relación con un banco o no tiene una cuenta bancaria está muy limitada, pero ahí están ahora las plataformas de pago. En muchos casos, las plataformas digitales han reducido esas desigualdades.

Hablando de brechas: la presencia femenina en carreras STEM sigue siendo una de las asignaturas pendientes a nivel global. ¿Qué medidas deberían activar tanto administraciones públicas como empresas y centros docentes para aumentar la presencia de mujeres en estas áreas (incluyendo puestos de alta dirección) y fomentar la matriculación de jóvenes en estos perfiles técnicos?

Yo no entiendo muy bien qué ha pasado con la biología, por ejemplo, que es una materia compleja donde hay más mujeres activas; algo que, sin embargo, no ha ocurrido con la física, las matemáticas o las ingenierías [con unas dificultades similares]. No tengo la respuesta exacta, pero está muy relacionado con la discriminación y con los sesgos cognitivos. Tarde o temprano, empezaremos a ver empresas que van a saber gestionar mejor su talento, porque no conviene desperdiciarlo, incorporando más mujeres y empleando mejor ese talento femenino. Yo soy un firme creyente de la dinámica del mercado y de la competencia del mercado y creo que, a partir de ahí, el resto de las empresas no van a tener más remedio que tratar de una manera más es razonable el talento de las mujeres, porque, si no, se van a quedar rezagadas. Es decir, que una vez que los pioneros muestran el camino, luego es cuestión de la dinámica de la competencia en el mercado.

*Mauro F. Guillén es sociólogo, economista político y autor de «2030. Viajando hacia el fin del mundo tal y como lo conocemos», entre otros libros. Desde marzo de 2021 es el Decano de la Cambridge Judge Business School, miembro del Queen’s College de la Universidad de Cambridge y Vicedecano y profesor de Gestión Multinacional en Wharton School.